La obesidad en el mundo ha estado clasificado por la Organización Mundial de la Salud como enfermedad crónica en 1997. La obesidad fue desde entonces considerada como un problema de salud pública.
La obesidad: ¿qué es exactamente?
La obesidad es un exceso de masa grasa corporal Vs. una estatura dada. En resumen, se trata de una sobrecarga ponderal fuerte a importante.
Se evalúa según el IMC que es nuestro Índice de Masa Corporal. Se calcula dividiendo nuestro peso por la cuadra de nuestra altura. Por ejemplo, si peso 65 kg y mido 1.70 cm, mi IMC es de 22.5 kg/m² (65 /1.70 x 1.70). Por lo que, en ese caso, mi corpulencia sería considerada como »normal».
Se define como una acumulación anormal o excesiva de grasa corporal que puede llegar a ser dañina para la salud. Según la última encuesta de Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) sobre el tema de la obesidad, organizada por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), en México, más del 75,2% de la población adulta sufre de obesidad.
Esta cifra es sumamente alta comparada contra otros países como Francia, donde la tasa es de un 15%. Descubrimos juntos las causas de esta enfermedad, sus riesgos y soluciones para luchar contra la obesidad.
¿Cuándo se considera obesidad?
Hablamos de obesidad cuando el IMC es superior a 30, y de obesidad masiva cuando rebasa 40. El simple sobrepeso está situado entre 325 y 30. Abajo de 18.5, hablamos de insuficiencia ponderal y de delgadez.
Estas normas se basan en una población de tipo latina y varía según la escala mundial, según las morfologías. Por ejemplo, en deportistas de alto nivel cuya masa muscular es muy importante, este índice puede estar falseado.
Para calcular su IMC, existen muchas calculadoras, aquí les dejo la oficial del gobierno.
¿Cuáles con las causas de la obesidad?
Vivimos en sociedades cuyo modo de vida es sedentario y cuyo hábitos de comer de forma saludable son casi ausentes. Nuestro entorno es poco favorable al transporte activo como caminar o andar en bicicleta, ya que las mismas vías no permiten circular de esta forma. Además, gozamos de un acceso fácil a alimentos grasoso, azucarados, muy calóricos sin ser nutritivos.
El sobrepeso es debido principalmente a una falta de actividad física acumulada, a una alimentación demasiada rica en calorías. Solemos consumir más calorías que gastamos.
Sin embargo, existen otros factores:
- detención de consumo de tabaco
- inicio de menopausia
- una alimentación equilibrada
- abuso de alcohol
- toma de ciertos medicamentos (antidepresivos, píldoras contraceptivas, neurolépticos…)
- estrés o depresión
- un sueño irregular
- una alteración de la flor intestinal
¿Qué soluciones contra la obesidad y sobrepeso?
Adelgazar o simplemente evitar engordar, es cuestión antes que nada de practicar una actividad física cotidiana combinada con una alimentación variada y sana. ¡Lo grasoso no está prohibido! Lo importante es mantener una alimentación equilibrada.
Sin embargo, una dieta para adelgazar rápido sin seguimiento médico conlleva riesgos de engordar aún más al final. Efectivamente, a nuestro metabolismo no le importa lo estético de nuestro cuerpo. Cuando lo privamos, prioriza energía hacia los órganos vitales y no los músculos. El metabolismo, el cual determina la velocidad a la cual quemamos calorías, se vuelve lento. Resultado: ganamos peso.
Es lo mismo cuando faltamos de sueño. Cuando descansamos, nuestro cuerpo entra en una fase de reparación durante la cual nuestro cuerpo quema calorías. Por eso es importante cuidar su sueño.
Por fin, los tratamientos probióticos, así como el consumo cotidiano de frutas y verduras ayudan a restablecer una buena flor intestinal, apta para quemar correctamente las calorías.
Los riesgos asociados a la obesidad y sobrepeso
La sobrecarga ponderal está en todo caso un factor de agravación de enfermedades y favorece la vulnerabilidad frente a virus como la COVID-19. En cuento a la obesidad, se asocia además a riesgos más altos de diabetes tipo II y de enfermedades cardiovasculares.
Las formas más severas de obesidad llamada obesidad mórbida, haría perder decenas de años de vida a las personas que lo padecen. La OMS la reconoce como enfermedad. Puede ser además reconocida como discapacidad en general.
