El retiro en México es uno de los temas menos atendidos por los trabajadores, pese a su enorme importancia. Según la Asociación Mexicana de Afores (Amafore), el 72% de los mexicanos no ha considerado cómo enfrentará su jubilación. Esto significa que la mayoría podría llegar a la tercera edad con ingresos insuficientes para mantener su calidad de vida. La buena noticia es que en México existen múltiples instrumentos que permiten planear el retiro: Afores, seguros de retiro, Planes Personales de Retiro (PPR), cuentas de ahorro especiales, fondos de inversión e incluso las pensiones IMSS o ISSSTE. La clave está en conocerlos y combinarlos de forma inteligente.

AFORE: la base del sistema de pensiones en México

Las AFORE (Administradoras de Fondos para el Retiro) son el pilar del sistema desde 1997. Cada trabajador formal tiene una cuenta individual con aportaciones del empleado, el patrón y el gobierno. La principal ventaja es que ofrecen un ahorro automático que genera rendimientos a largo plazo y que además puede incrementarse mediante aportaciones voluntarias deducibles de impuestos. Sin embargo, las Afores tienen una limitación clara: la tasa de reemplazo proyectada es baja, en promedio cercana al 30% del último salario del trabajador. Esto significa que, por sí sola, la pensión resultante difícilmente cubrirá las necesidades en la vejez. Tampoco son cuentas con liquidez, ya que solo se pueden disponer al momento de la jubilación, salvo excepciones como retiros por desempleo o matrimonio.

Seguros de retiro (vida + ahorro)

Los seguros de retiro son pólizas que combinan protección de vida con un componente de ahorro. Funcionan como un mecanismo de ahorro forzado que garantiza disciplina financiera y seguridad a largo plazo. La gran diferencia frente a otros productos es que ofrecen protección inmediata: si el asegurado fallece o sufre invalidez, sus beneficiarios reciben un respaldo económico. Además, permiten contratarse en UDIS (Unidades de Inversión), lo que asegura que el dinero mantenga su poder adquisitivo frente a la inflación. Al tratarse de un contrato de largo plazo, el seguro de retiro obliga a aportar periódicamente, algo ideal para quienes no tienen constancia en el ahorro.

Invertir por cuenta propia puede ofrecer mayores rendimientos, pero exige alta tolerancia al riesgo y disciplina férrea. El seguro de retiro, en cambio, integra ahorro, protección y beneficios fiscales, especialmente si se constituye como Plan Personal de Retiro. Es la opción ideal para quienes buscan tranquilidad, respaldo familiar y un esquema estructurado.

Planes Personales de Retiro (PPR)

Los PPR son cuentas de inversión con grandes ventajas fiscales. Permiten deducir hasta el 10% del ingreso anual del contribuyente o un máximo de 5 UMAs al año en la declaración de impuestos. Los beneficios son claros: deducción inmediata en la declaración anual, crecimiento libre de impuestos y retiros exentos si se mantienen hasta los 65 años.

Su principal limitación es la baja liquidez. Un retiro anticipado genera penalizaciones fiscales y elimina la exención de ISR, por lo que es indispensable comprometerse a largo plazo. Un ejemplo práctico: si alguien gana 500,000 pesos al año y aporta 50,000 a su PPR, puede ahorrar hasta 15,000 pesos en impuestos, dependiendo de su tasa marginal. Los PPR son especialmente recomendados para freelancers y trabajadores independientes que no cuentan con plan de pensión empresarial.

Cuentas de ahorro especiales y fondos de inversión

Además de los PPR, existen las Cuentas Especiales para el Ahorro, deducibles hasta por 152,000 pesos al año siempre que el dinero permanezca invertido un mínimo de cinco años. Son útiles para quienes buscan beneficios fiscales sin comprometer el ahorro estrictamente a la jubilación.

En paralelo, los fondos de inversión permiten diversificar en acciones, bonos, Fibras y ETFs. Son la opción más flexible porque ofrecen liquidez y adaptabilidad, aunque no incluyen beneficios fiscales específicos ni protección de vida. Para quienes tienen conocimientos financieros y disciplina, son un gran complemento de largo plazo.

Pensiones IMSS e ISSSTE

Las pensiones públicas del IMSS e ISSSTE son la red de seguridad de millones de trabajadores. Sin embargo, las reformas han limitado sus beneficios. Hoy, la pensión mínima garantizada apenas cubre necesidades básicas, lo que hace evidente que depender únicamente de este ingreso es insuficiente.

En el caso de los trabajadores del IMSS bajo el régimen de 1973, la pensión se calcula con base en el salario promedio y las semanas cotizadas. Para quienes cotizan bajo el régimen de 1997, la pensión dependerá del saldo acumulado en la Afore, lo cual obliga a realizar aportaciones adicionales si se quiere alcanzar un nivel digno de ingresos.

Kalmy Seguros: innovación en ahorro y protección

En este panorama, Kalmy Seguros se posiciona como una alternativa innovadora. Su modelo digital permite comparar planes de más de quince aseguradoras en un solo lugar, ofreciendo transparencia y mejor costo-beneficio. Además, garantiza acompañamiento de por vida, lo que significa que el cliente no está solo después de contratar, sino que cuenta con asesoría constante para ajustar su plan según cambien sus necesidades.

Otra ventaja es que la contratación es completamente en línea y en minutos, eliminando papeleo y trámites engorrosos. Kalmy también incluye beneficios adicionales de bienestar, como telemedicina y chequeos médicos. A diferencia de un agente tradicional, combina la seguridad de aseguradoras reconocidas con la eficiencia de la tecnología.

Conclusión: combina opciones y empieza hoy

Un retiro digno en México requiere diversificación. La Afore es la base obligatoria, los seguros de retiro y los PPR aportan disciplina, beneficios fiscales y protección, mientras que los fondos de inversión añaden potencial de crecimiento patrimonial. Las pensiones públicas funcionan como red de seguridad, pero no deben ser la única fuente de ingresos.

El tiempo es el mayor aliado. Quien comienza a los 25 años puede destinar pequeñas cantidades y lograr un fondo significativo, mientras que quien empieza a los 45 tendrá que ahorrar mucho más para alcanzar la misma meta. Planear el retiro no es un lujo, es un acto de amor propio y hacia la familia.

Si no sabes por dónde comenzar, Kalmy Seguros es un excelente punto de partida para diseñar un plan personalizado y empezar a construir desde hoy la tranquilidad de tu futuro.